El boliche viejo de Jarred Jones fue uno de los primeros del Nahuel Huapi y parada obligada de los pobladores.En 1903 con el irlandés Enrique Neil abrieron un almacén de ramos generales: "La Carolina". Hoy funciona una fonda de comidas cordilleranas
Don Jarred Jones Allí se asentó en 1889 Don Jarred Jones, originario de Texas, EEUU, quien fuera el primer colono en arribar a la zona, instalándose en el extremo noreste del Lago Nahuel Huapi, sobre territorio neuquino, en las nacientes del Limay, formando el primer establecimiento ganadero de la región. El Viejo Almacén Está ubicado sobre las nacientes del Limay, a la vera de la Ruta Nacional 40 (ex 237), pasando el puente, hacia la margen izquierda de la ruta saliendo de Bariloche. Actualmente, es una reconocida parrilla que lleva el Nombre de EL BOLICHE VIEJO, que aún mantiene el espíritu del viejo almacén de Jarred Jones. La historia se remonta a 1889, cuando este particular vaquero texano se asienta en el lugar La ubicación estratégica del campo de Jones, por ser un cruce de caminos, y el hecho de ser la única población en las riberas del Nahuel Huapi derivaron en que toda persona que se acercara a la región indefectiblemente lo visitara. Científicos, funcionarios y estudiosos de todas las áreas, además de comerciantes, empresarios y pioneros fueron recibidos por él. Jarred Jones era la persona más informada de cuanto sucediera o se proyectara en la región. Su establecimiento fue creciendo rápidamente, debido a su capacidad organizativa. Antes de fines de siglo trabajaban con él más de 50 asalariados, de diferentes culturas, aunque sus connacionales eran muy numerosos. Para 1900 residían en las proximidades del Nahuel Huapi más de 40 personas de habla inglesa. En 1897 Jones, en sociedad con el vecino Enrique Neil abrieron en las nacientes del Limay un pequeño almacén que en el momento inicial se denominó “La Carolina”. Tuvo desde sus comienzos mucho movimiento ya que a su alrededor se estaba formando un pueblito, alentado por la instalación de un cuartel militar. Este viejo boliche, era lugar elegido por arrieros, carreros, y jinetes de la comarca, para escanciar allí su ginebra preferida, además de hacer los acopios de yerba, azúcar y hasta harina, elegir grandes espuelas chilenas, además de tabaco y papel de fumar. Era un verdadero centro social: allí recibían su sueldo los policías del Departamento Los Lagos, transferidos desde la gobernación del Neuquén, y las maestras de escuela – incluso la de Bariloche – en pagas enviadas por el Consejo Nacional de Educación. Para 1902 el almacén mantenía ya 186 cuentas corrientes. Muy cerca del almacén estaba el Registro Civil del Departamento Los Lagos y la oficina del correo. En frente, estaba la comisaría de la Policía y el boliche, que también era fonda, atendía los almuerzos de los detenidos. Durante los inviernos, en los días fríos, se reunía todo el vecindario en el pequeño local para participar de tertulias e interminables juegos de naipes. Jones levantó su almacén, pulpería o boliche, primitivamente de troncos, siendo reemplazado en 1912 por otro de recubierto de zinc. Jarred A. Jones tenía 77 años cuando en su estancia Tequel Malal de Nahuel Huapi, fue entrevistado en 1941 por Salvador Vadachino, el director del viejo periódico del pueblo “La Voz Andina”. La entrevista con Jones, describe tal cual era la deshabitada comarca junto al lago donde echó a pastar “sus primeras 282 vacas, algunos caballos y mulas” que asegura haber adquirido “con sus ahorros de peón de campo”. Jones trabajó en la estancia de Curumalal, provincia de Buenos Aires, ganando muy pronto el pase de peón a domador, una de sus habilidades adquiridas en Texas, y pudo acumular unos pesos con los arreos que llevó a Cuyo y a Chile. El periódico barilochense, señalaba que en el medio siglo transcurrido desde que el vaquero se instaló junto al lago hasta el momento de la entrevista, había ensanchado sus dominios hasta detentar 18.000 hectáreas de propiedad en explotación, a la vez de haber formado “un hogar respetado y digno con varios hijos argentinos y ‘criollos’ como él…”. Aquel cronista, que apuntó que el texano ya había alambrado su campo en 1908, omitió sin embargo señalar que fue precisamente Jones quien trajo los tres primeros automóviles a la región. fuente Bariloche.org