Estancia San Ramón

Puesto Agrícola Source: Libro Excursión a la patagonia y los Andes

En el sector rionegrino del río Limay, entre las nacientes de este río y Rincón Chico, se formó a partir de 1901 la Estancia San Ramón con una superficie de 30.000 has.

Era propiedad de la Compañía Comercial y Ganadera Chile Argentina , una empresa de gran desenvolvimiento vinculadas a las colonias alemanas del sur de Chile. Se escrituró a nombre del principado de Schaumburg Lippe, un antiguo estado alemán.
El administrador poseía título de nobleza y era primo del Kaiser Guillermo II, una presencia emblemática y severa: el Barón Luis Von Bulow.
El campo se empezó alambrar en 1903 y se construyeron un conjunto de casas ubicadas al noreste del cerro Guanaco conformando el casco primitivo. El capataz fue Caupolican Mardones...en 1919 la estancia fue administrada por la Baronesa Clara Von Reitznitz y aunque la Chile Argentina comenzaba a desintregarse al concluir la primera decada del siglo XX a causa de la inminente Gran Guerra Europea, se avanzó con la construccion de una importante casa principal... En 1920 administró la San Ramón Karl Lexow y fue cuando la estancia alcanzó a tener una carga excesiva de 25000 ovejas y 500 vacas. (del libro A cien años de la Colonia Agrícola Naheul Huapi - Vallmitjana pag 56)

Con el trabajo de Archivos del Sur en la recuperación de memorias históricas registramos a doña Coti Carmoney y esta anécdota nos ilustra como era el trato a la peonada en algunas estancias de la región.

Archivos del Sur: Don Saldivia (casado con Lucrecia Carmoney) nos contó que trabajó en la estancia San Ramón, ¿qué le contó de esa estancia?

Coti Carmoney: Nos contaba siempre que ahí en la San Ramón eran esclavos casi, él vino muy joven de Chile, era alemán-chileno. Mi cuñado, era joven cuando vino a la estancia San Ramón, en esa estancia el capataz los hacía levantar como a las cuatro de la mañana, tenían a esa hora que tener el caballo ensillado para salir al campo, le daban un pedazo de galleta con un jarro de agua.
El capataz castigaba, tenían un arreador que le llaman ellos, de soga, y dice que tenía tres puntas, con eso castigaba a la gente y dice que un día llegó un paisanito buscando trabajo, chiquito, emponchadito, humilde con su caballito y le dijo: - Señor ando buscando trabajo; el capataz, era grandote el gringo, sí le dijo, era bien malo, si acá hay trabajo; sí señor, ando buscando trabajo; sí pero primero usted me monta ese caballo que está ahí; y el paisanito miró el caballo y le dijo señor yo busco trabajo y no la muerte, ese animal es arisco y yo no vine para esto; ¡ah! no, no vas a montarlo… Se fue para el galpón, dice mi cuñado, pero nunca pensamos que iba a ir a buscar el arreador para pegarle al paisanito, dice que estaba así parado, vino el gringo con el arreador y lo cruzó así, de un arreadorazo, dice que el paisanito se hizo así (se dobló), claro le dolió un montón y vino otra vez el gringo para pegarle otro arreadorazo, pero (el paisano) sacó de acá y lo partió con el cuchillo, tenía un cuchillo así (de grande) el paisanito, lo mató ahí, dice que cayó boca abajo, y nosotros todos los peones ahí, y le dijo: - ahora seguí castigando, le dijo con el tipo boca abajo, y ya listo, seguí castigando, no sé si te van a dejar entrar allá arriba, se dio la vuelta y se fue, nosotros tratamos de buscar al rico, al mayor (al Encargado) para avisarle lo que había pasado, mi cuñado dice que nunca me pegó porque nosotros estábamos a esa hora siempre listos, había que ver que esclavitud que era, porque era esclavitud, así que mire, y acá la primera policía que vino también...

Julio Barrientos, Memorias en el Nahuel Huapi - parte 1