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Sala Primeros Auxilios - Puerto Villa La Angostura

Y un día también tuvimos una salita de primeros auxilios

La museóloga y profesora de Historia Mercedes "Mechi" Palavecino relata la curiosa historia de la creación del primer centro de salud que tuvo la localidad.

Y UN DIA, TAMBIEN TUVIMOS HOSPITAL….
A veces, las comodidades y servicios con los que contamos en la actualidad nos hacen perder de vista como pudo ser la vida antes, cuando estos no existían, y las penurias y luchas desarrolladas por muchas personas a veces ignoradas o no reconocidas para contar con estos servicios básicos que hoy disfrutamos. Ya escribimos sobre el Correo y las comunicaciones, hoy lo haremos sobre el Hospital y la salud pública.
Los primeros habitantes que vivieron en nuestra pueblo cuando comenzó la colonización no contaban con servicio médico ni sala de primeros auxilios. En Bariloche estaba el doctor Vereenbrughen, médico suizo que atendía a los vecinos allí, a principios de 1900 y aquí la sra. Emma Drasckler oficiaba de partera para las vecinas
que lo necesitaban, aunque a veces también la misma familia debía resolver el tema, ya que las inclemencias del tiempo, las escasas comunicaciones y la intransitabilidad de los caminos hacia imposible la llegada a tiempo de doña Emma, quien se movilizaba a caballo, y en su cintura llevaba siempre un revolver, “por las dudas”.
Otros tiempos. También se contaba con las machis, que practicaban la medicina natural a través de hiervas y plantas medicinales tan abundantes en nuestro bosque andino patagónico, y que hoy este conocimiento está bastante poco difundido, excepto el caso de la doctora Sara Itkin. Según Conrad Meier, cuando se instaló gendarmería
aquí, en la década del 30, hubo gendarmes enfermeros que cubrían algunas necesidades médicas básicas también, y de hecho existió “la casa del enfermero”,
aunque no pudimos saber con certeza dónde estaría ubicada.

El Dr. Carlos Gustavo Behnisch llegó a Bariloche en su luna de miel en 1945, recién
recibido de médico en la Universidad de Buenos Aires, con su tesis sobre cáncer de
lengua. Alemán de nacimiento, llegó con su familia a la Argentina, como tantos
europeos, luego de la primera guerra mundial , allá por 1920, contando con 7 años de
edad. Su esposa, Harriet Schrader, descendiente dinamarquesa, era música y cantante pero había estudiado enfermería para colaborar con él. Al ver nuestras bellezas
naturales y enterarse de que en el pueblo en aquellos dias no se contaba con médico ni hospital, decidieron establecerse aquí. Desde Buenos Aires trajeron equipamiento e instrumental médico y algunos medicamentos comprados con sus ahorros y tras un largo y accidentado viaje en tren y automóvil (recordemos que en ese tiempo Menem
aun no había gobernado y se contaba con servicio de ferrocarril, que demoraba 36 hs desde Plaza Constitución a S.C.de Bariloche, si todo andaba bien, y desde Bariloche
hasta la Villa eran 108 km de tierra y ripio que en invierno, complicaban muchísimo el viaje) llegaron a la Villa. Se establecieron en la construcción que tenia Carlos Hensel y su esposa Hortensia, que posteriormente fue La Granja, alquilándoles unas habitaciones para vivienda y consultorio.

Atendieron allí a los vecinos, los que podían pagar lo hacían, y los que no, igual eran
atendidos. No tenían vehículo, por lo que para visitar a sus pacientes contaban a veces con la buena voluntad de los que tenían alguna movilidad, sino lo hacían a caballo o caminando, y si era en el perilago, en lancha o algún bote. Algunas veces utilizaban
también su klepper, que era un kayak para dos personas, desarmable y plegable,
obsequio de su madre. Este kayak actualmente se encuentra expuso en nuestro
Museo, en el puerto, donado por su familia.
En ese tiempo, Angostura se hizo capital del Departamento de Los Lagos, en la aún
Gobernación del Neuquén, y se creó la Comisión de Fomento, cuyo primer Jefe comunal fue don Francisco Capraro. Este contexto nacional y provincial nos permitirá entender el abandono que tenia nuestro naciente pueblo y todo lo que debió padecer la familia Behnisch para poder atender las necesidades médicas de los vecinos, en
condiciones tan precarias y de aislamiento, con escasos caminos y la intransitividad de los mismos en los largos inviernos. Todo quedaba lejos y Dios siempre atendió en Buenos Aires.
En “la Villa”, como denominábamos antes al actual puerto, existía desde
1943 un terreno cedido por Parques Nacionales para construir allí una Sala de Primeros Auxilios. El dr. Behnisch procuró resolver, a través del Coronel Irusta, presidente de Parques Nacionales, el grave problema que representaba la falta de un lugar adecuado para la atención de los pacientes y su cuidado, comentando dos casos graves y recientes que debió afrontar, un trabajador que había sido aplastado por un
coihue, lo que le ocasionó conmoción cerebral y fracturas varias, no pudiéndolo derivar a Bariloche por la falta de una ambulancia y por no poder solicitar una al hospital allí por no poder comunicarse, ya que el telégrafo se encontraba en el Correo, que atendía hasta las 20 hs. Otro caso complicado fue un paciente que padecía meningitis y
requería cuidados máximos de higiene y vivía en condiciones muy precarias. Se necesitaba contar con un hospital. El Coronel Irusta intervino ante la Dirección Nacional de Salud Pública y éstos ante el Gobernador del Territorio del Neuquén, Coronel Bartolomé Peri, quien envió un arquitecto para relevar el terreno para el emplazamiento de un futuro centro de salud a construirse, ya que el terreno donado
por Parques según el Dr. Behnisch no era apto, porque se inundaba, el ruido de los motores de la Usina eléctrica (actual museo) no lo acompañaba y quedaba muy a trasmano para los pobladores.

El doctor. Behnisch proponía un terreno ubicado en un lugar mas alto y soleado, cerca del Cruce y mas cómodo para los vecinos. En ese lugar se construyó, muchos años después, nuestro primer hospital. El doctor envió al arquitecto fotos del lugar elegido, y croquis dibujados por él, de la planta, instalaciones y disposición interior del futuro
hospital, con posibilidades de ampliaciones , la profundidad a que se encontraba la napa de agua., y un listado del personal necesario para su funcionamiento. Previó el doctor el crecimiento de la Villa, pensando también en la ruta internacional a Chile, que comenzó 10 años después, e incorporando a Traful, que no tenia centro de salud
tampoco. Parque Nacionales ofreció provisoriamente una sala en su seccional de Angostura hasta que se construyera el edificio para ese fin y en junio de 1947 se inauguró, contando con la visita de autoridades. Después de tres años de su llegada al pueblo, se
lo contrató como médico, por cinco años. con sueldo y viáticos Hasta ese momento el doctor se manejaba con lo poco que podían pagar los vecinos que podían hacerlo, como ya hemos dicho y las cosas que le llevaban los otros vecinos. El hospital de
Bariloche colaboró con un Jeep Willys verde oscuro y techo de lona, que ocasionó
muchos dolores de cabeza al doctor, y terminó manejandolo generalmente. su esposa.

En 1948 llevó a cabo una campaña de vacunación por un brote de fiebre tifoidea en
Traful, y también debió ocuparse de un grave problema en el lago Espejo, donde los
pobladores contrajeron para - tifus y el medicamento, preparado en Buenos Aires,
debia proporcionarse como máximo 48 hs. después de elaborado, por lo que se
enviaba en avión a Bariloche y desde allí se traía en lancha y en Inalco esperaban al
doctor para ir a caballo al Espejo y proporcionárselo a los pacientes. Toda una Odisea.

En ese tiempo se mudaron al Cruce, a una propiedad de doña Olga Balladino, sobre la actual avenida Arrayanes, donde aun permanece la araucaria. El doctor insistía sistemáticamente ante las autoridades nacionales y provinciales sobre nuestra
necesidad de contar con el centro de salud, enviaba estadísticas e informes de su trabajo, de las acuciantes necesidades sin resolver y de tanto reclamar la burocracia se iba moviendo, muy lentamente para el que espera. En 1948 inició giras de servicios médicos a Villa Traful, Quintupuray, Cuyín Manzano, La Lipela, Limay y demás parajes
del departamento de Los Lagos, el doctor reclamaba que se lo proveyera de combustible para realizar sus salidas.

Entre octubre y noviembre de 1948 llevó a cabo
una campaña de vacunación contra la fiebre tifoidea, registró haber vacunado a 961
personas, entre adultos y niños. Construyó su vivienda en El Cruce, actual Topo Gas, en la calle Belvedere al 200, ya que la familia se iba incrementando con la llegada de los hijos.

En el año 1951 desde el Hospital de Bariloche le enviaron una ambulancia en lugar del
Jeep, pero no era apropiada para nuestros caminos de aquel entonces, luego de
desbarrancarse en el rio Bonito y sufrir solamente daños materiales, volvió al Willys, mas apto para esta zona. Cuando le correspondía renovar su contrato en 1953 decidió
dejar este bello lugar y regresar a Buenos Aires, para darle un mejor estudio a sus hijos, que ya estaban en edad escolar. Fue muy dura y desgastante la lucha por procurar conseguir la dotación de un centro de salud, no fue en vano su esfuerzo, la semilla se plantó y con los años se vio concretado, pero él ya no estaba aquí para verlo y disfrutarlo. Cuando finalmente se inauguró el Hospital, en 1962, nadie tuvo la
delicadeza de comentarle el hecho e invitarlo, siendo que tanto habia batallado el
doctor para lograr esto. En el año 1994 la Municipalidad de Villa La Angostura decidió
reconocer el esfuerzo de nuestro médico pionero y se le otorgó la Mutisia de Plata, máxima condecoración que se otorga a nuestros vecinos destacados por actividades
hacia la sociedad. En el año 2010 cuando se mudó el hospital al edificio que ocupa actualmente, desde la Comisión de Patrimonio se hizo la solicitud que el hospital se llamase Dr. Behnisch, en homenaje a nuestro médico pionero, pero desde el Consejo Deliberante no se tomó la iniciativa, argumentando que no se podía cambiar los
nombres que ya existían, cuando todos sabemos que esto no es así. A pesar de ello hay una calle con su nombre y el año pasado, los vecinos del barrio hospital decidieron que el edificio diseñado por el doctor Behnisch y que fuera el primer edificio del hospital, debía llevar su nombre, aunque hoy funcionan en él oficinas municipales.
Vinieron familiares del doctor para ese evento. Esta historia continua…..

Este escrito fue realizado por Mechi Palavecino para Archivos Del Sur, sobre la base
de testimonios orales de Conrad Meier y una entrevista realizada por el Ing .Werner Diem a la Sra. Harriet Schrader en su casa en Buenos Aires en el año 2009, y que dio lugar al trabajo que éste realizara para la Comisión Municipal de Preservación del
Patrimonio Histórico Cultural, con el que se procuró generar el cambio de nombre del
Hospital Dr. Arraiz, cosa que hasta la fecha no fue lograda.

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Casa del enfermero en el actual Puerto Villa La Angostura
Casa del enfermero en el actual Puerto Villa La Angostura Source: fotografia colección flia. Goyeneche-Museo Histórico Regional Creator: Archivos del Sur
Dr. Behnisch con Jeep, Casa del Guardaparque-
Dr. Behnisch con Jeep, Casa del Guardaparque- Puerto Villa La Angostura Creator: Archivos del Sur
Dr Behnisch y su esposa
Dr Behnisch y su esposa Miguel Cárdenas entregando la Mutisia de Plata al dr. Behnisch en 1992 Creator: Archivos del Sur
Jorge Barbagelata y el Dr. Behnisch
Jorge Barbagelata y el Dr. Behnisch 1992 Creator: Archivos del Sur
 Dr.Behnisch con su esposa, navegando con su klepper
Dr.Behnisch con su esposa, navegando con su klepper Creator: Archivos del Sur

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Archivos del Sur, “Sala Primeros Auxilios - Puerto Villa La Angostura,” Archivos del Sur, accessed September 20, 2024, https://archivosdelsur.ar/items/show/256.