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El Angosturazo. 1° parte

El "Angosturazo", el día que los vecinos echaron a "huevazos" al intendente

Archivos del Sur comparte la crónica escrita por Conrad Meier hace unos años sobre aquel histórico episodio.

El 15 de mayo del 2013 en el diario Rio Negro en su página 6 se retrató una vez más un aniversario de la creación de Villa La Angostura.

El copete decía lo siguiente… “Recuerdos del Angosturazo” y agregaba…el 4 de septiembre de 1972 unos 300 vecinos ganaron las calles… repudiaron la gestión del jefe comunal Armando Mazza… lograron que fuera desplazado, la opinión de uno de sus protagonistas.

El protagonista que escribía la nota fue Conrad Meier.

Es la familia de Conrad la que generosamente nos permitió convertir alguno de sus “Cuentos que no son cuento” en audio relatos en la voz exquisita de Andrés Barragan. Así podrán escuchar y disfrutar del “Ahumadero”, o de “Don Ávila y el león”, o de “Pedro Diablo” o la increíble historia de “Una sombra se aferraba a la rueda”.

Podés escucharlos tranquilo en tu celular o en la compu. Ahí vas a poder entender como la cordillera moldea a los humanos en este hermoso lugar que se llama Villa La Angostura

https://www.youtube.com/watch?v=zAdSuE9ctDc&t=61s
https://www.youtube.com/watch?v=DHPg76hQve0&t=15s
https://www.youtube.com/watch?v=vPK0kH_wd7I&t=294s
https://www.youtube.com/watch?v=upPVBGr-55U&t=19s
https://www.youtube.com/watch?v=zAdSuE9ctDc&t=63s
https://www.youtube.com/watch?v=AsigsdVYezo&t=15s

Para el que no lo sepa, Conrad fue un apasionado en el rescate de la Historia de nuestro pueblo y además se esforzó durante gran parte de su vida en contarla por todos los medios posibles para que las nuevas generaciones sepan de dónde venimos para intentar saber hacia adónde queremos ir.

Se nos fue de viaje hace muy poco y este es un sentido homenaje a su persona.
Tenía una gran virtud, que aparentemente la grieta ideológica que impera en nuestras vidas argentinas hoy en día, no la permite: por un lado tenía opiniones muy claras y precisas de los acontecimientos pero también se daba el lujo de escuchar otras conclusiones. Le interesaban sobremanera conocer otras formas de ver la historia regional. Esa fue su riqueza.

Vimos con tristeza que las distintas gestiones municipales no le dieron aires y recursos para los incontables proyectos históricos que presentó y que hubieran enriquecido a Villa La Angostura.

Dejó un archivo documental increíble sumado a una colección fotográfica notable de nuestro pasado

Estando en vida, hace unos años desde Archivos del Sur habíamos empezado a catalogarlos y a realizar largas entrevistas con el fin de hacer público la historia de los Meier en Lago Espejo. Hoy junto a la mujer de su vida, Evelina Lasowski de Meier y a sus hijos estamos trabajando en la publicación de su historia familiar y el relato de infinidad de anécdotas de muchos pobladores de la zona.

Pero volvamos a la nota del diario Rio Negro de hace siete años donde el epílogo asevera que el relato que estás por leer será incluido en un proyecto que lo desvelaba “Crónicas de la política y la planificación en Villa La Angostura”. Si nos habremos reído de las anécdotas de muchos de los políticos locales. Pero vayamos a la crónica de Conrad.

El Angosturazo: así fue conocida la revuelta popular que en septiembre de 1972 logro destituir al comisionado municipal de Villa La Angostura. En ocasión de este nuevo aniversario de la localidad, el relato de un suceso que pertenece a nuestra historia. En 1966 hubo un nuevo golpe de Estado y otro general asumió como presidente. También cesaron en sus funciones, ministros, gobernadores e intendentes, que fueron reemplazados por generales, almirantes, brigadieres, coroneles y capitanes. Otra vez “la reserva moral de la patria” se había visto obligada de hacerse cargo de los destinos de la Nación para salvarla de los desaguisados de los políticos. Por lo menos, era eso lo que se informaba a la población por las radios en los consabidos con acompañamientos de ritmos militares.
Por 1970 la aspereza inicial fue suavizándose y en algunos cargos se designó a civiles, tal lo que aconteció en este pueblito. La investidura de jefe comunal recayó en don Arturo (el nombre es ficticio) quien en realidad ya era número puesto por sus vinculaciones y venía autoconvocándose desde hacía varios meses.

Curtía la onda “western” en su personal look: camiseta leñadora, chaleco de piel con flecos, pantalón vaquero, botas y sombrero tejano. Recorría las calles en su camioneta adornado su capot con una enorme cornamenta vacuna.

-¡Paso al futuro intendente! – decía por un altoparlante mientras hacía sonar la bocina y se repetían los acordes de “El puente sobre el rio Kwait”. Ya en el cargo, y como ser humano que era, hizo varias cosas bien, algunas más o menos y otras mejor ni hablar.

Pero en el país había efervescencia política: La gente no estaba conforme y el viejo “General”, aquel “Primer trabajador” que había gobernado casi dos períodos antes que otro general y un almirante chiquito pero muy bravo lo echaran, intrigaba desde un lejano país, en Europa.
Al general que era presidente se le estaba complicando la cosa, entonces desafió al viejo general al decir “que vuelva si le da el cuero”. Y el hombre volvió nomás. Por 1972 las revueltas y los motines estaban a la orden del día, hasta en este tranquilo pueblecito de La Angostura el vecindario se soliviantó.
Sublevados frente a la Municipalidad, unos 300 vecinos exigían la cabeza del intendente, atrincherado dentro con un puñado de sus incondicionales. La gente profería gritos y amenazas y epítetos irreproducibles y arrojaba huevos (a pesar de la crisis estaban baratos).

Algunos que lo apoyaban salieron con carteles improvisados en los que podía leerse “Mueran los revoltosos comunistas” y otras consignas guerreras. El bombardeo con huevos arreciaba por momentos, ambos grupos se desafiaban gritándose lindezas, pero de ahí no pasó.

El destacamento de Gendarmería pidió refuerzos a Bariloche, quedaron allí de custodia durante toda la noche, y al otro día mandaron a un capitán como interventor (capitán Fortina escribió Conrad en lápiz). Como una semana después se hizo cargo un civil enviado desde Neuquén (Conrad escribió en lápiz sobre el recorte de diario: Fracassi).
Las cosas se calmaron un tanto pero el ambiente siguió caldeado porque se avecinaban las elecciones. Tremenda la campaña aquella, hasta balaceras hubo. Si bien debe reconocerse que nunca la sangre llegó al rio o al lago en todo caso.
El lugar había ganado fama de bravío y turbulento, entonces, para prevenir cualquier desborde, las autoridades mandaron días antes de la elección tres batallones completos de soldados con equipo completo. Armados como para ir a la guerra, a custodiar el comicio. El desembarco en Normandía parecía: patrullas con armamento desplegado recorrían las calles con apoyos de un par de carros blindados, cascos de acero con redes de camuflaje y ramas, fusiles con bayonetas caladas, gritos y órdenes y consignas marciales, puestos de guardia, santo y seña, toque de queda y demás.


En el frente de la escuela (104) donde tendría lugar el acto eleccionario, emplazaron una ametralladora pesada FAP sobre el correspondiente trípode tras una trinchera de bolsas de arena. Pero por este despliegue de una fuerza disuasoria o porque en el fondo los vecinos eran de temperamento pacífico, solo se veían azuzados por los dirigentes y las circunstancias.
Las elecciones fueron de lo más tranquilas y civilizadas y todo aquello pasó a formar parte del anecdotario local, sabrosamente enriquecido por los pasados acontecimientos.
Eso sí, la desconfianza y las diferencias entre los simpatizantes de ambos bandos se mantuvieron.
Gracias Conrad por enseñarnos que a los malos dirigentes se los echa a huevazos de la Municipalidad. ¿Sucederá en el futuro próximo?
La próxima domingo presentaremos la visión del Angosturazo por otra de sus protagonistas: Doña Coty Carmoney salpicado con anécdotas diablescas.
Archivos del Sur – Subcomisión de la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer
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Conrad Meier - Archivos del Sur, “El Angosturazo. 1° parte,” Archivos del Sur, accessed November 13, 2024, https://archivosdelsur.ar/items/show/283.