Antonio Millaqueo fue un poblador mapuche del perilago Nahuel Huapi. Trabajó como baqueano con las comisiones de límites argentinas a fines del siglo XIX durante la incorporación de la Patagonia al estado nación. Se cuenta, además, que navegaba el Nahuel Huapi con destreza en una canoa construida por él mismo.
De acuerdo a estudios de Ricardo Vallmitjana, se registra que en 1897, durante el proceso de incorporación de la Patagonia a la nación, Antonio Millaqueo se encontraba habitando en la zona perilago del Nahuel Huapi. Según establece el autor en el fascículo "A cien años de la Colonia Agrícola Nahuel Huapi 1902 - 2002":
"Don Antonio Millaqueo tenía varios asentamientos minúsculos en distintos parajes y seguramente no demostró interés en las parcelas que luego solicitarían los Eggers.
La población estaba situada al pié del cerro Millaqueo, precisamente en la punta que divide aguas entre el brazo Blest y el perilago Nor - oeste del Nahuel Huapi.
Millaqueo era un aborigen (mapuche) muy noble y querido por todos los habitantes del lago e incluso por quienes exploraban la región.
Trabajó como baqueano con las Comisiones de Límites, como encargado de Jorge Hube en el Rincón, con los hermanos Wiederhold navegando el lago. De sus andanzas quedó el topónimo Río Machete cuando Antonio perdió el suyo vadeando el rio.
Antonio Millaqueo vivió más tarde en laguna "El Trébol" y luego en lago Mascardi donde disfrutó su paciente ancianidad en compañía de Flora Inai, su inseparable esposa".
Juan M. Biedma, en su libro “Crónica histórica del lago Nahuel Huapi” (2003), comparte historias sobre el poblador, comentando que éste brindaba servicios como baqueano al geólogo Bailey Willis. abriendo caminos en el monte y relatando sus anécdotas como navegante, entre ellas, cuando bajó por el río Manso a remo desde el lago Mascardi. Asimismo, el ingeniero Enrique Wolf en 1896 realiza un estudio sobre la región, que es entregado al Museo de la Plata, en el cual menciona a Millaqueo. En dicho informe Wolf destaca la destreza de Millaqueo para navegar en el lago Nahuel Huapi en su canoea construida por él mismo, emprendiendo viaje desde Potrero de Hube en Brazo Rincón hacia la estancia de Jones, frente a Bariloche.
PUBLICACIONES:
Adrián Moyano. Nadie como Millaqueo para "romper el monte", Nota en Diario El Cordillerano, octubre de 2021:
Su apellido da nombre en la actualidad a un arroyo, un cerro, una punta sobre el lago Nahuel Huapi y dos pasos cordilleranos.
En la zona del Nahuel Huapi llevan el nombre Millaqueo un arroyo, un cerro, una punta y dos pasos cordilleranos, según el relevamiento que consignó Juan Martín Biedma. Para el investigador, los nombres homenajean a Antonio Millaqueo, quien colaboró en la demarcación de las nuevas jurisdicciones entre Chile y Argentina a fines del siglo XIX y principios del XX. Obviamente, “era indio y persona muy estimada. No había otro como él para romper el monte”, según el juicio que perduró.
Hay varias referencias a sus contribuciones. “Enrique Wolff, ingeniero topógrafo del personal del Museo de la Plata (1896), regresó de su viaje de exploración a la zona del Correntoso y potrero Huber, a la estancia de Jones”, precisamente, en la canoa “del buen indígena Millaqueo”, según consignó el explorador. Para Biedma, “en esa época tenía su morada al pie del cerro Machete, en la entrada del mismo nombre del lago Nahuel Huapi”.
Durante un tiempo, no se movió. “En el mismo lugar lo halló Bailey Willis en 1913. Millaqueo acompañó al científico americano en sus exploraciones. En esa época recorrió en un bote a remo el río Manso, desde el lago Mascardi”, apuntó el historiador. Aparentemente, la siguiente expresión correspondió al propio estadounidense: fue “el primer hombre que lo había hecho y salido con vida”, es decir, navegar el Manso.
Biedma reconstruyó su periplo vital: “Otras moradas tuvo Millaqueo. En la laguna El Trébol, donde están las casas de piedra (cuevas o aleros), en Mascardi, actual Gendarmería y en el extremo del brazo Tronador del lago Mascardi, donde murió”. El “actual” de Biedma es 1967, cuando publicó por primera vez “Toponimia del Parque Nacional Nahuel Huapi”, a través de la Dirección Nacional de Parques Nacionales.
Siempre según el investigador que utilizamos como fuente, “a Millaqueo le gustaba beber. Tomaba alcohol puro. En una oportunidad después de haber bebido en lo de Inalef (entre los lagos Gutiérrez y Mascardi), cayó enfermo”. El domicilio en cuestión refiere a uno de las familias de la cual surgió la comunidad Wiritray, que se formalizó en la década de 1990. Pero, volvamos a Millaqueo y su suerte.
Después de malograrse, “lo llevaron a la casa de su hijo adoptivo Celestino Millaqueo, cerca del Hotel Mascardi, donde todavía se ven los manzanos que plantara. Allí murió (1927) y allí está enterrado”. La parte de la descripción con tendencia al ridículo que sigue corre por cuenta exclusiva de Biedma: “Su viuda, Da. Flora, una mujer tan ancha como alta, muy atenta y servicial, siguió viviendo en el puerto, cerca del Hotel Tronador, donde murió en 1938 o 1939”.
En definitiva, “los pasos Millaqueo I y II se conocen con este nombre desde la época que actuaron las comisiones de límites”, es decir, desde 1900 y 1901, del lado argentino, bajo la dirección de Emilio Frey. De hecho, ese verano se colocaron los hitos fronterizos respectivos. Fue posible la tarea porque colaboró con los peritos Antonio Millaqueo: “No había como él para romper el monte”.
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